Los conflictos vecinales más comunes y cómo solucionarlos
Por YAENCONTRE
Las reformas, la morosidad y el uso de zonas comunes son algunos de los problemas más repetidos en comunidades de vecinos, y muchas veces no se gestionan bien.
Para evitar los conflictos vecinales más repetidos debes conocer el reglamento de la comunidad y, ante cualquier duda, consultar con la Junta de Propietarios. También es importante tener en cuenta que existe una ley que regula la mayoría de estos problemas, la Ley de Propiedad Horizontal.
Ley de Propiedad Horizontal
La Ley de Propiedad Horizontal regula todos aquellos casos en los que un edificio se divide horizontalmente y se forma una Comunidad de Propietarios. Cada piso es una finca registral independiente y hay elementos comunes a todas las fincas, como son las escaleras, la portería o la fachada.
Cuando te conviertes en propietario de una vivienda en un edificio con comunidad de propietarios tienes una serie de obligaciones, según el artículo 9.1 de esta ley:
- Respetar las instalaciones generales de la comunidad y demás elementos comunes.
- Mantener en buen estado de conservación su piso o local.
- Consentir en su piso o local las reparaciones que exija el servicio del inmueble.
- Permitir la entrada en el piso o local a los efectos de los tres apartados anteriores.
- Contribuir conforme a la cuota de participación del piso o local al pago de los gastos generales y a la dotación del fondo de reserva.
- Utilizar el inmueble con la diligencia.
- Comunicar al secretario de la comunidad un domicilio a efectos de notificaciones y el cambio de titularidad de la vivienda o local.
También debes cuidar las zonas comunes, de lo contrario podrás ser sancionado.
Conflictos vecinales más comunes
De hecho, los conflictos vecinales más comunes se dan por el mal uso de las zonas comunes. La utilización de estos espacios se regula por el régimen interno, dentro de los límites que establece la ley y los estatutos. El problema es que la ley establece obligaciones a los propietarios, pero no es clara con las consecuencias de los incumplimientos, lo que supone dudas y genera un cierto “vacío legal”, que puede ser interpretado de diferente manera según la comunidad. Esto se puede evitar aclarando estos puntos en el régimen interno, para así dejarlos claros desde el principio.
También las obras o reformas comunes suponen conflictos vecinales. Se aprueban por mayoría en Junta, pero eso no quiere decir que todos estén de acuerdo. Es por eso que algunos vecinos a veces se niegan a pagar, lo que normalmente se traduce en una gran dificultad de pago de la obra en general. Para evitar este problema se debe intentar que todos los vecinos estén de acuerdo en los cambios en el edificio, y proponer distintas opciones para llegar al mayor consenso posible.
Otros conflictos que suponen problemas son la morosidad, los ruidos o las humedades. Al depender solamente de una propiedad, se estará comprendido en la ley y, sobre todo, debe estar en el régimen interno. De todas formas, es esencial que cuando hay conflictos de este tipo de hagan reuniones vecinales y se hable sobre las posibles soluciones de manera amistosa, para evitar males mayores. En estos casos, la Junta de Propietarios tendrá la última palabra, y si con esto no se soluciona, será la justicia quien lo solucione.
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